199 RECETAS PARA SER FELIZ: LA ÚLTIMA RECETA LA PONES TÚ
Escrita por Antonio Santana
3er año periodismo Universidad Austral de ChileImprimir
Historia de amor y odio que transcurre en el caluroso verano de Barcelona, donde una pareja de periodistas luchan por el día a día quienes son Tomás en la actuación de Pablo Macaya y Helena, en la actuación de Tamara Garea.
Con tres años fuera de contacto con sus seres queridos, Tamara recibe una carta, mensaje que llega desde Chile avisándole la muerte de su hermano menor, conocido como Milo. Éste, tenía una relación de pareja con Sandra (Andrea García Huidobro) quien tras saber la noticia, viaja hasta España a vivir el duelo con su cuñada, lo cual significó un cambio radical en la cotidianeidad de esta pareja de periodistas.
Tomás, quien trabajaba como editor en una revista y que era el anfitrión oficial del libro a publicar de su mejor amigo, cumple con el homónimo de la película. Libro llamado “199 recetas para ser feliz”, donde dicha publicación se convierte en la pauta ideológica del desarrollo del film y también como especie de mensaje subliminal del relato al escuchar a su propio autor en off leyendo alguna de estas recetas tan fundamentales.
Receta Nº 6: Aprende a vivir la vida en borrador, por más que lo intentes, nunca tendrás tiempo para pasarla en limpio.
¿Qué es la felicidad? ¿Cómo podemos reconocer los síntomas de la felicidad? ¿Cómo podemos esforzarnos día a día para ser un poco más felices? Son algunas de las preguntas que se resuelven en el relato cinematográfico de esta historia, que mezcla amor, confusión, ambigüedad, y componentes cotidianos tan perfectos, que hacen arder la silla de los críticos conservadores de nuestro país, debido a su contenido sexual y explicito, pero que sin duda sirve como herramienta para contar una historia que se carga de sentimientos fuertes en sólo cuatro paredes.
La eficacia conceptual del cine explícito se regenera a través de la obra de su director Andrés Waissbluth, quien es en su trabajo anterior de “Los Debutantes” establece una diferenciación de contenidos, ya que opta de lo violento y superficial de la pareja, a lo mas profundo y sentimental de un triangulo amoroso, que desde un principio escala nuevas experiencias y que de manera paulatina sube la temperatura de las escenas, lo cual finaliza en lo que muchos esperaban como fin de una narración como esta.
Receta Nº 9: Alcanzarás la felicidad al darte cuenta de que nada es demasiado importante.
Rescatando en aspectos técnicos, la fotografía queda bien parada como instrumento de valor agregado a escenas que transcurren en pocos lugares. Un matiz muy sublime en el color de la ropa, las calles españolas, las paredes de la casa, etc. Además de qué forma, este recurso ayuda a crear un hilo conductor con la experiencia de los personajes, frente a la experiencia del espectador que se convierte en cómplice de los hechos.
Lo paradójico, es que libro del amigo de Tomás nadie lo compra, por lo cual surge efecto de acción sólo en este triángulo amoroso, en un principio con juegos de seducción, y en un fin con el engaño placentero de Tomás y de Helena. Las imágenes de sexo son muy explicitas, lo cual determinó al consejo de calificación cinematográfica, dejarla como película para mayores de 14 años, ya que además posee escenas lésbicas las cuales son atrayentes para el cine nacional, pero no tanto para los críticos conservadores.
Su rechazo o adherencia constituye una especie de vanguardia o nueva apuesta cinematográfica al momento de establecer esa doble lectura de querer contar una historia cotidiana, pero no con imágenes tan cotidianas. La maldita obsesión de Sofía por no soportar el duelo de su pololo, convierte la relación de su cuñada en un infierno que duele mucho, pero que ese dolor tiene un cierto porcentaje de placer con culpa. Sin duda el mensaje que deja el film “199 recetas para ser feliz” es el de conocer los sin limites que deparan las relaciones humanas de nuestra actualidad, donde hechos tan cotidianos como un duelo, pueden transformar o mas bien dicho, deformar el funcionamiento de una pareja.
Al terminar la película, nunca se sabe cuál es la receta Nº 199. de hecho, sus protagonistas en el 15 Festival de Cine de Valdivia afirman que la ultima receta la pones tú como especie de moraleja o enseñanza que te deja la historia y sus tan controversiales personajes.
Con tres años fuera de contacto con sus seres queridos, Tamara recibe una carta, mensaje que llega desde Chile avisándole la muerte de su hermano menor, conocido como Milo. Éste, tenía una relación de pareja con Sandra (Andrea García Huidobro) quien tras saber la noticia, viaja hasta España a vivir el duelo con su cuñada, lo cual significó un cambio radical en la cotidianeidad de esta pareja de periodistas.
Tomás, quien trabajaba como editor en una revista y que era el anfitrión oficial del libro a publicar de su mejor amigo, cumple con el homónimo de la película. Libro llamado “199 recetas para ser feliz”, donde dicha publicación se convierte en la pauta ideológica del desarrollo del film y también como especie de mensaje subliminal del relato al escuchar a su propio autor en off leyendo alguna de estas recetas tan fundamentales.
Receta Nº 6: Aprende a vivir la vida en borrador, por más que lo intentes, nunca tendrás tiempo para pasarla en limpio.
¿Qué es la felicidad? ¿Cómo podemos reconocer los síntomas de la felicidad? ¿Cómo podemos esforzarnos día a día para ser un poco más felices? Son algunas de las preguntas que se resuelven en el relato cinematográfico de esta historia, que mezcla amor, confusión, ambigüedad, y componentes cotidianos tan perfectos, que hacen arder la silla de los críticos conservadores de nuestro país, debido a su contenido sexual y explicito, pero que sin duda sirve como herramienta para contar una historia que se carga de sentimientos fuertes en sólo cuatro paredes.
La eficacia conceptual del cine explícito se regenera a través de la obra de su director Andrés Waissbluth, quien es en su trabajo anterior de “Los Debutantes” establece una diferenciación de contenidos, ya que opta de lo violento y superficial de la pareja, a lo mas profundo y sentimental de un triangulo amoroso, que desde un principio escala nuevas experiencias y que de manera paulatina sube la temperatura de las escenas, lo cual finaliza en lo que muchos esperaban como fin de una narración como esta.
Receta Nº 9: Alcanzarás la felicidad al darte cuenta de que nada es demasiado importante.
Rescatando en aspectos técnicos, la fotografía queda bien parada como instrumento de valor agregado a escenas que transcurren en pocos lugares. Un matiz muy sublime en el color de la ropa, las calles españolas, las paredes de la casa, etc. Además de qué forma, este recurso ayuda a crear un hilo conductor con la experiencia de los personajes, frente a la experiencia del espectador que se convierte en cómplice de los hechos.
Lo paradójico, es que libro del amigo de Tomás nadie lo compra, por lo cual surge efecto de acción sólo en este triángulo amoroso, en un principio con juegos de seducción, y en un fin con el engaño placentero de Tomás y de Helena. Las imágenes de sexo son muy explicitas, lo cual determinó al consejo de calificación cinematográfica, dejarla como película para mayores de 14 años, ya que además posee escenas lésbicas las cuales son atrayentes para el cine nacional, pero no tanto para los críticos conservadores.
Su rechazo o adherencia constituye una especie de vanguardia o nueva apuesta cinematográfica al momento de establecer esa doble lectura de querer contar una historia cotidiana, pero no con imágenes tan cotidianas. La maldita obsesión de Sofía por no soportar el duelo de su pololo, convierte la relación de su cuñada en un infierno que duele mucho, pero que ese dolor tiene un cierto porcentaje de placer con culpa. Sin duda el mensaje que deja el film “199 recetas para ser feliz” es el de conocer los sin limites que deparan las relaciones humanas de nuestra actualidad, donde hechos tan cotidianos como un duelo, pueden transformar o mas bien dicho, deformar el funcionamiento de una pareja.
Al terminar la película, nunca se sabe cuál es la receta Nº 199. de hecho, sus protagonistas en el 15 Festival de Cine de Valdivia afirman que la ultima receta la pones tú como especie de moraleja o enseñanza que te deja la historia y sus tan controversiales personajes.
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