Valdivia a tropezones con el reciclaje

No todo es basura

Valdivia a tropezones con el reciclaje

Por Lorenzo Palma
3er año de periodismo
Universidad Austral de Chile


“Todos los días antes de las 7 de la mañana despierto y me preparo para hacer el recorrido”. A esa hora ya, Manuel Rodríguez, de 54 años, de oficio cartonero se motiva pese a las fuertes lluvias de invierno, el sofocante calor de verano y el cansancio natural de su cuerpo y mente, para salir a trabajar. Para recorrer silenciosamente las calles de Valdivia, en un triciclo azul de ruedas lisas, el cual le costó sólo 25 mil pesos, por suerte porque nuevo bordea los 180 mil. De la suerte depende también la cantidad de cartones que recolecte cada día.

La primera estación de carga es el Bigger Express, lejos de la entrada principal, cerca de los lácteos vencidos y la mirada atenta del guardia. En ese lugar se encuentra una pila de cajas, para muchos significan simplemente basura, para el supermercado desechos que necesariamente hay que eliminar para no incurrir en infracciones, para los menos son productos que se pueden reciclar pero no lo hacen.

Para los ojos de Manuel están muy lejos de ser basura, es su fuente de trabajo, es lo que le permite dar un techo a su esposa y a sus cuatro hijas, es el principal elemento que transformado en dinero pone un plato de comida en la mesa cada día, y en invierno lo ayuda a pasar menos frío. Es el elemento que le permite brindar a sus hijas el sueño de un futuro mejor.


Cartones listos para transportarse; Recuperadora de Papeles y Cartones Valdivia (REPAC)


En Valdivia se acopian mensualmente 120 toneladas de papeles y cartones, teniendo en cuenta lo generado por oficinas públicas, supermercados y un mínimo recuperado por las personas en sus casas. Cifras muy lejanas de lo que realmente se genera y no se aprovecha; no todo esto se queda en la ciudad, sino el 40% se distribuye entre Osorno y Temuco.

La ciudad cuenta con la empresa SOREPA (Sociedad Recolectora de Papeles) la cual está a cargo de la Recuperadora de Cartones y Papeles (REPAC). Esta compañía está dirigida por el administrador Javier Jara, y se ubica en la avenida Balmaceda en Collico, a 200 metros del final del camino, quizás por esta razón son pocos quienes van a dejar el material reciclable.



Don Manuel, junto a más de 600 kilos de cartones, esperando al camión recolector

REPAC cuenta con 8 empleados, entre operarios de grúas, encargados de hacer retiros en casas, supermercados y oficinas públicas. Esta compañía es la que a Don Manuel le compra todos sus cartones, por kilo pagan $20.
Afortunadamente, el camión de la empresa retira los papeles y cartones acumulados por los cartoneros, donde sea necesario sin ningún costo, la única condición es tener un mínimo de 500 kilos, lo que significa en dinero $10.000 y en recorridos por la ciudad para Manuel por lo menos 7, pero tal cantidad sólo es posible lograrlos en 3 días como mínimo.

Por lo general, Manuel realiza tres recorridos, cuatro cuando el dinero comienza a escasear más de lo normal o hay mucho material en las calles esperando ser retirado. Cerca de las 9 de la mañana termina con el primero, su esposa e hijas le ayudan a descargar muchas veces, luego toma desayuno y descansa un poco para continuar pasado las 10:30 Hrs.
“Soy mi propio jefe, de mi depende salir a trabajar o no, por mi familia no dejo de salir. No entiendo a esas personas que pudiendo salir a trabajar no lo hacen y prefieren pedir plata en las calles”.

Manuel después de recolectar los cartones del Bigger Express. Aproximadamente 80 kilos.

La labor desempeñada por éste esforzado trabajador de las calles cumple un papel trascendental dentro de la ciudad, sea él en las mañanas o sus colegas por la noche, están minimizando en parte la utilización de árboles para la producción de papel.

Para que tengan en consideración, una tonelada de papel reciclado salva 5 árboles adultos, se necesita un 60% menos de energía para fabricar papel de la pulpa reciclada; el papel reciclado para nosotros los consumidores resulta un 25% más económico; 30.mil litros de agua se ahorran al producir papeles con material reciclado. Un punto clave es el espacio que se deja de utilizar en los vertederos producto de la reutilización del papel, así también como otros productos reciclables.


La comunidad valdiviana, de la llamada ciudad más linda de Chile, se preocupa por el entorno donde se desenvuelven diariamente, está claro, ¿o no es tan así?

Entre la segunda y tercera semana de noviembre del presente año se les consultó a los transeúntes mayores de 18 años en el centro de la ciudad, si reciclan en sus hogares, la respuesta a tan simple pregunta pero, tan difícil acción al parecer, da una clara señal del enfoque en nuestra ciudad respecto a los desechos domiciliarios.
Por otro lado encontramos el trabajo de impulsado por la municipalidad por medio del Departamento Municipal de Medioambiente, a cargo de Francisco Acuña. Favorablemente la municipalidad hace algo, ya que por el interés de las personas, nuestra ciudad estaría varios pasos atrás en temas de reciclaje y medio ambiental, si, peor aún de lo que está actualmente la ciudad.

Según los datos entregados por el municipio en la actualidad nuestra ciudad acopia al año: 1500 toneladas de materia orgánica, es la que formó o forma parte de seres vivos, el vidrio alcanza por año a 150 a 200 toneladas, hace cinco años el vidrio era líder en materiales reciclados, actualmente ya no resulta lucrativo y ha disminuido considerablemente.

La chatarra o metales es el elemento más común de reciclar en la ciudad, por año alcanza la considerable cantidad de 500 toneladas, otro elemento de común recolección en Valdivia es la de papeles y cartones, con 1200 toneladas. El año pasado recién se sumo a estos elementos los plásticos los cuales en su totalidad son enviados a Santiago, así también los vidrios a Cristalería Chile. Otros productos acopiados en la ciudad son residuos peligrosos como pilas y aceites en desuso, 4 a 5 toneladas de pilas al año y entre 30 mil a 40 mil litros de aceite.

La centralización antagonista del reciclaje

Que una ciudad cuente con plantas de acopio de material es una cosa, otra muy distinta es contar con las plantas correspondientes para transformar los materiales en nuevos productos. “principalmente el escollo es la centralidad de las plantas de procesamiento del material reciclado” así afirmó Acuña.

Como los materiales son transportados a otras ciudades, por ejemplo Santiago y en la economía todo está relacionado, los costos de transporte son recargados al precio de compra, esto afecta directamente a las personas como Manuel y tantas otras que viven o ganan unos cuantos pesos vendiendo materiales reciclables ya sea, botellas, plásticos, papeles, cartones, latas, metales, entre otros. Lo que significa a fin de cuentas un trabajo más arduo de todos ellos y una desvalorización de la labor que desempeñan.

Éste problema lo vive en carne propia José Becerra, quien ha visto disminuido el dinero que logra juntar cada vez que recorre toda la avenida Ramón Picarte cruzando Valdivia de extremo a extremo hasta la avenida Circunvalación Sur. A la empresa de compra y venta de metales para vender su chatarra recolectada. Esta planta comenzó a funcionar hace cuatro años, tiene su propia compactadora y


José Becerra, un día de 23 grados empujando su carro con chatarra lista para vender.

casi en su totalidad el material es enviado a Santiago, salvo el fierro que es trasladado a la Fundición de Huachipato.
De todos las comunas de la Región de los Ríos vienen a vender materiales a esta empresa acopiadora, por día puede llegar a reunir unos 2000 a 3000 kilos. La dueña, Teresa Cabeza, siempre con la mirada fija en sus empleados confiesa que la compra y venta sólo le alcanza para sobrevivir.

La académica de la Universidad Austral de Chile y encargada del sistema de reciclaje interno de la casa de estudio, María Hermosilla, también critica el hecho de que no existan plantas que traten todo el material acopiado en Valdivia; lo que se junta en la UACh se regala a la planta Recicla ubicada en las Ánimas, se preguntaran ¿por qué se regala? Es la política simplemente, para fomentar el reciclaje en la ciudad y ayudar los privados con iniciativa en el área. “mientras no se fomente la inversión de los privados seguirá siendo complejo mantener en pie empresas como esta, mientras la política del país no cambie, las provincias más lejanas de Santiago veremos pérdidas en el tema del reciclaje, en el ámbito económico” comentó la docente. Si no resulta un gran negocio ¿quién querrá reciclar?


El material se pesa, arruma y se compacta después

Existen 18 contenedores en el campus teja

Recicla empresa privada ubicada a un costado del puente Calle- Calle


Francisco Acuña del Departamento de Medio Ambiente de la municipalidad, calificó de monopólico el mundo del reciclaje en Chile y lo ve débil, ya que no existe una normativa general que apoye el reciclaje. La idea de Acuña para poder sostener el reciclaje es que a las empresas en Chile se les exigiera por lo menos un 2% del total de sus materias primas provenga de material reciclado.

Pero no todo es culpa de la poca visión de los gobernantes, gran responsabilidad recae en personas como tú, como yo, como tantos padres que no enseñan a sus hijos cosas básicas, no botes al suelo ese papel. Frases como esas, cambiarían muchas cosas.
Un ejemplo del actuar de las personas lo vimos desde la segunda semana de noviembre, específicamente del martes 11 al viernes 21 del mismo mes, cuando la ANEF (Asociación Nacional de Empleados Fiscales) declaró paro nacional. Razón por la cual los empleados de aseo y ornato no trabajaron pero, de igual forma en las poblaciones, villas y residencias, muchas personas sacaron sus desechos, un acopio vergonzoso de basura vimos en las calles, en bolsas de supermercado en su mayoría, las cuales se demoran 100 años como mínimo en degradarse. Las personas, juntan la basura y que otros se encarguen de ella, no importa quién ni cómo, pero que lo hagan.

Don Manuel seguirá saliendo todos los días, ocultando a su familia las ganas de descansar, de no pasar frío y mojarse en los inviernos, ni tener que pedalear estando agotado, hasta que él de arriba, como Manuel le dice lo llame. Otros continuarán botando basura en las calles, lanzando desechos por las ventanas de los autos, botando las pilas a la basura, lavándose los dientes y dejando correr el agua, o mal utilizando los pocos contenedores de reciclaje existentes sin botar en ellos lo que se especifica y lamentablemente jamás cuestionando sus actos.

Según la información de la Comisión Nacional de Medio Ambiente, en la actualidad las personas eliminan un kilo de basura por día en la Región Metropolitana, cifra no diferente a

la de la Región de los Ríos y a las grandes ciudades de Chile. Si continúa todo igual se espera que aumente en un 3% más esta cifra. Reutilizar es la clave, tomarse un tiempo para separar los desechos del hogar una necesidad.

En la actualidad podemos encontrar en todos los almacenes, multitiendas, supermercados y pequeños negocios, un sin fin de productos, todos ellos cubiertos por bolsas, papeles, cartones, entre otros elementos, que terminarán su recorrido en un vertedero. Conocemos la historia de Don Manuel y José Becerra, dos ejemplos de muchos recicladores, además de ser ejemplos de que todo depende con la mirada que observemos nuestros desechos domiciliarios, quizás, no todo sea inservible y tenga que terminar su vida útil abruptamente en un basural, mucho menos destruyendo algún ecosistema y contaminando el mismo lugar donde vivimos.

Áreas verdes utilizadas como basureros

No todas las huellas en la playa se borran…